Problemas de conducta y emocionales

Todos los niños/as se comportan mal algunas veces. Otros niños pueden tener problemas de comportamiento temporales debidos al estrés (por el nacimiento de un hermano, un divorcio o la muerte de algún familiar, por ejemplo). Los trastornos de conducta son más serios, abarcan un patrón de conductas hostil, agresivo o perturbador que dura más de 6 meses y que no es apropiado para la edad del niño.

Los niños/as o adolescentes con trastornos de conducta tienen comportamientos de desafío a las figuras de autoridad, enfrentamientos con los adultos o con los iguales, episodios de agresividad física o verbal. Suelen perder la calma fácilmente, se molestan o enfadan por cualquier cosa.

Algunos signos de advertencia importantes en la conducta del niño pueden ser:

  • Dañar o amenazar a otras personas, mascotas o a sí mismos.
  • Dañar o destruir las pertenencias ajenas.
  • Mentir o robar.
  • No tener un buen rendimiento escolar, faltar a la escuela.
  • Comenzar a fumar, beber o consumir drogas prematuramente.
  • Actividad sexual prematura.
  • Rabietas y discusiones frecuentes.
  • Hostilidad constante hacia las figuras de autoridad.

Es muy importante intervenir cuanto antes en el momento en que aparecen problemas de conducta en los niños/as o ante cualquier signo de advertencia. Se puede detectar un trastorno de conducta desde la primera infancia, aunque el tratamiento es distinto a cada edad. La detección precoz es fundamental para tratar adecuadamente al niño/a y tratar de evitar que la conducta perturbadora y conflictiva se establezca como una norma, estilo o hábito de comportamiento en este niño/a o adolescente, convirtiéndolo en un problema mucho más serio. Un desorden conductual en el niño/a repercute directamente en su vida familiar, social y escolar; así como también incide directamente en aspectos cognitivos y emocionales, incluso pudiendo llegar al suicidio.

En algunos casos puede ser consecuencia de otro trastorno, como por ejemplo de un trastorno depresivo, de un trastorno por déficit de atención con hiperactividad o de un trastorno psicótico.

¿Cómo se trabaja con un niño/a con problemas conductuales y emocionales?

Lo primero sería detectar cuanto antes si el niño/a que tenemos delante tiene un problema de conducta o emocional y si este es debido a otro trastorno asociado.

Una vez hemos detectado el problema conductual, las técnicas de modificación de conducta son esenciales en el tratamiento de estos niños/as y adolescentes. El asesoramiento guiado por el terapeuta, tanto al entorno escolar como a la familia, sobre cómo manejar distintas actitudes con las pautas establecidas, y siendo siempre constantes en todos los entornos del niño/a, incide directamente en su mejora conductual.

Para el tratamiento de los problemas emocionales es importante ayudarle a entender sus emociones y sus problemas, tratando de encontrar nuevas soluciones para sus problemas y a interpretar el mundo de una forma más funcional. Las metas están relacionadas frecuentemente con aumentar la autoestima y disminuir la ansiedad.

Además, es muy importante el papel de la familia, ellos son los primeros que detectan el problema y hacen el seguimiento de las pautas indicadas en terapia. Sin el compromiso familiar es muy difícil poder controlar este trastorno. La información y las pautas dadas a la familia son clave en su tratamiento.

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