Los síntomas más frecuentes de una demencia frontotemporal son:
Los primeros síntomas de estos pacientes suelen ser conductuales, por ello es difícil reconocerlo como un problema en sus primeras fases, principalmente si la persona afectada vive sola. Cuando conviven con otras personas suele asociarse a problemas en el trabajo, depresión, estrés o simplemente que “con la edad se le está agriando el carácter”. La neuropsicología nos va a ayudar a realizar una valoración completa que ayude a identificar el origen de sus problemas conductuales.
Una vez el problema ha sido identificado, un diagnóstico temprano nos ayudará a acudir al médico en las fases más tempranas, así como en realizar con un neuropsicólogo un programa de estimulación cognitiva que ayude a ralentizar el avance de la enfermedad.
Por último, el neuropsicólogo nos acompañará y nos asesorará sobre cada uno de los procesos de la enfermedad, así como nos ayudará en el manejo conductual en casa, entre otras cosas.